DESASOSIEGO QUE BULLE EN EL ALMA como un temblor sin fin. Los pies no hacen pie en el suelo del mundo, el espíritu vuela por las altas sendas del dolor, la carne sufre como árbol al que roban su savia. No hay alegrías puras ni dolores eternos. Todo es mudanza y confusión. Pero el temblor que gime en las cavernas del alma, ¿adónde nos lleva?, ¿de qué rutinas nos libra?, ¿a qué batallas nos arroja? Misterios del tiempo y de la nada. Lo que fue, ya no es; lo que es, no será… y lo que será, ¿quién sabe si será? Cada día es un duelo con el tiempo, y siempre nos vence el día y nos derrota el tiempo. Pero ahí, en la derrota, ahí está el orgullo, nuestra luz: en la derrota brilla nuestro ser, el temblor de nuestro existir, la luna de nuestro anochecer.
[Del libro inédito El círculo de las palabras]
Imagen: Domenico Gnoli