martes, 2 de agosto de 2011

Canción (Saint-John Perse)



Nacía un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre puso bayas amargas en nuestras manos. Extranjero. Que pasaba. Y hay algarabía de otras provincias de mi agrado... «Os saludo, hija mía, bajo el más grande de los árboles del año.»



Pues el sol entra en Leo y el Extranjero ha puesto su dedo en la boca de los muertos. Extranjero. Que reía. Y nos habla de una hierba. ¡Ah, cuántos soplos en las provincias! ¡Qué comodidad en nuestras vías!, ¡cómo me deleita la trompeta, y la pluma sapiente en el escándalo del ala...! «Alma mía, muchacha, tenéis modales ajenos a los nuestros.»


Nació un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre puso estas bayas amargas en nuestras manos. Extranjero. Que pasaba. Y hay un gran estruendo en un árbol de bronce. ¡Asfalto y rosas, don del canto! ¡Truenos y flautas en las estancias! ¡Ah, cuánta comodidad en nuestras vías, cuántas historias en el año!, ¡y el Extranjero con sus costumbres por los caminos de toda la tierra...! «Os saludo, hija mía, bajo la más bella túnica del año.»
(De Anábasis, de SAINT-JOHN PERSE)

Traducción de Luis Valdesueiro, publicada en El Alambique, núm. 3, mayo-octubre 2011.

Imagen: Jean Dubuffet