martes, 28 de diciembre de 2010

Otoño


















Caen las hojas.
El árbol se desnuda
para el invierno.


Luna cercada
por el halo. Y pálido
azul el cielo.


Gotas de lluvia
en la rama. El gorrión
se va: ¡diluvio!
[Inéditos. Diciembre 2010]
Imagen: Eusebio Sempere

viernes, 17 de diciembre de 2010

Eterno retorno


Abandona los sueños que el tiempo teje.

Escucha la claridad de las miradas.

Abomina del mundo y sus verdugos.

No anheles salvación ni paraíso.

[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen: Johannes Itten

viernes, 10 de diciembre de 2010

[Sombras de dolor]



Bajo la lluvia
las sombras de dolor
se difuminan.

[Inédito. Diciembre, 2010]

Imagen: José María Yturralde

sábado, 4 de diciembre de 2010

[Paseo de la Castellana]


El viento arrecia.
Oblicua lluvia de hojas
sobre el paseo.

[Inédito. Diciembre, 2010]

Imagen: M. C. Escher

viernes, 26 de noviembre de 2010

Tríptico



Aquella nube
no sabe adónde ir.
Desasosiego.


Noche y silencio.
Negra nada que azuza
al alma sola.


Cielo de grises
y rumor de lluvias.
Melancolía.


[Publicado en la revista El Alambique, nº 2, 2010]

Imagen: Chema Madoz

sábado, 13 de noviembre de 2010

Aquellos años

Cuando tú naciste
aún dolía el hambre, el invierno era crudo y la nieve dormía.

Cuando tú naciste
el olor a carburo  ceñía los cuerpos y todavía sangraba la herida del miedo.

Cuando tú naciste
la tristeza era el rostro fiel de la vida y la pena destilaba gotas de odio.

Cuando tú naciste
la infancia parecía vieja y una secreta alegría anudaba esperanzas.

Cuando tú naciste
los sueños eran puros y las horas lentas como el perdón.

¡Tiempo rugoso, latidos de la roña,
cuando tú naciste!

[Publicado en la revista Cuadernos del Matemático, 2001]

Imagen: Nils Udo

lunes, 8 de noviembre de 2010

Variación sobre un tema de Lao Tse (Tao Te Ching, II, 47)


Sin salir de casa, el mundo es tuyo.
Sin asomarte a la ventana,
conoces el sentido de las cosas.
Cuanto más lejos vas,
más necio te vuelves.

El sabio conoce sin conocer
y viaja sin viajar;
el sabio obra sin obrar
y ama sin amar.

[Inédito. 1998]

Imagen: Andy Goldsworthy

viernes, 29 de octubre de 2010

La nada es un silencio...


LA NADA ES UN SILENCIO QUE EMANA DE LA NADA. Un silencio que burla la luz de los misterios. A puñados crece la nada entre las raíces de la vida. No es fácil encontrar el camino hacia las trampas del odio. Detrás de cualquier silencio anida una serpiente. Las palabras relucen como deseos en la noche de plenilunio. Y cada día muere para seguir viviendo en las fronteras de la desolación. Cuando callan, las palabras dicen lo que no se atreven a decir, y sus gritos se oyen entre espadas de silencio que cercenan la esperanza.

[Del libro inédito El círculo de las palabras]

Imagen: Kasimir Malevich

viernes, 22 de octubre de 2010

Epitafio del insondable


Buscó el fuego del saber y el cobre del amor.
Pisó la tierra muerta y soñó lejanos paraísos.
Olvidó lo vivido y acarició la muerte.

Y desde su reino de sombras
aún escucha palabras que no mueren.

[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen: Fernando Zóbel

lunes, 18 de octubre de 2010

Autorretrato

Los látigos del tiempo curtieron tu piel.
Las huellas del pasado dibujan temblores.
Tus silencios son fruto del vacío,
lágrima del corazón.
El tiempo tiembla en tus venas
y tu mirada se abisma en lo invisible,
ese aliento marchito de la nada.
Sientes el frío de la vida y añoras su calor.
La herrumbre de los sueños clama contra ti
y la melancolía incendia tu memoria.

Aún esperas
aprender a vivir, aunque tu vida
es sólo humo y del futuro sólo añoras
el día que no conoces.

[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen:Paul Klee

viernes, 8 de octubre de 2010

Canto del nómada
















A Dimas Mas

El desierto abrasó mis pies.
El amor arrasó mi alma.
La amargura heló mi corazón.

Y en la cima del dolor
arrojé pedazos de mi ser
en los surcos del tiempo.

[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen: Karl Gustav Carus

viernes, 1 de octubre de 2010

La vida

La vida es ciega espera y dolor sordo,
terca pasión o furor sin rumbo.
Pero ¿qué fuego triste, o qué pena, tirita
en el quicio de la existencia?
Y ¿cómo encontrar en la noche
arrasada el manantial del silencio?
El alma, blanca sábana yerta,
anhela las sombras dormidas
en el corazón del tiempo.
Del agua amarga de la vida, bebe;
de la copa del tiempo, bebe cuanto  puedas,
pero nada esperes de la muerte —salvo tu consuelo.

[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen: Pablo Palazuelo



viernes, 24 de septiembre de 2010

El viajero


A su espalda quedan las huellas
de la vida: amor, sueños, olvido.
Nunca vuelve la mirada.
(Sabe que el pasado ha muerto.)
Ordena sus pasos
hacia el tiempo dormido,
con emoción muda y lágrima seca.
Su mirada no tiembla
ni quiebra su voz el secreto de los días.

El viajero vive -y muere- en el camino.
[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen: Chema Madoz

viernes, 17 de septiembre de 2010

Desierto















Cerré los ojos mudos
para ver lo invisible.

Sentí la soledad amarga
y la ausencia que duele;
olvidé las espinas que hieren
y los sueños sin tiempo.

Cerré los ojos mudos
para escuchar mi alma.

[De Cuaderno de sombras, 2001]

Imagen: Ansel Adams

viernes, 10 de septiembre de 2010

El dolor de existir


Atesoras recuerdos del ayer.
(El tiempo devoró los años de tu vida.)
Te duelen las horas
que te aguardan, vértigo de sombras,
y temes los días que engulle la nada.
Sabes que el olvido es ausencia,
miedo que dura en la mirada
con tristeza infinita.
Ahora que existes sin excusa
ensaya tus plegarias:
el mar, o la vida, se vuelve tenebroso,
y el desierto acecha en cada esquina.
Pero no olvides el placer de lo vivido
ni desdeñes el suspiro del presente.

[De Cuaderno de sombras, 2001]


Imagen: Lucio Fontana

viernes, 3 de septiembre de 2010

Alberto Caeiro medita sobre la existencia


Há metafísica bastante em não pensar em nada.
ALBERTO CAEIRO

Detrás de lo que ven mis ojos
nada existe. Mi ser
sólo goza con aquello que palpa
y mi mano es más real
que todas las teorías.


(No vivas
hacia dentro:
la sangre
se acobarda.)


Y tras la nebulosa de los días
una certeza me consuela:
saber que sólo para mí existe
cuanto roza mi existencia.

(Publicado en la revista Cuadernos del Matemático, 2001)


Imagen: Almada Negreiros

jueves, 1 de julio de 2010

Soledad




Los años de niebla hielan la sangre.
Las dudas mueren y el dolor solloza
entre silencios. La pena baila en el corazón
y una herida amarga derrota la mirada.
Aunque lo buscas, el amor no te encuentra:
sólo frío y muerte en el alma,
sólo negrura en la frente marchita.
El brillo de los ojos y un suspiro de manos
derraman lágrimas de oscuro dolor.
Y sólo la sombra besa tus párpados.
Y la mirada del tiempo dibuja
nubes rotas y vacíos amargos.
Y bucea el miedo en la fría ceniza
del deseo. Y el llanto es un suplicio
en el yunque del odio
o una flor de efímera belleza
en el crisol de la existencia.
Y la soledad aciaga
-diosa de los días y de las noches,
puta amarga-
esclaviza cuerpos y envenena almas.
 Y ya siempre el silencio
-un silencio de lágrimas lejanas-
siembra de mudos besos el mediodía infinito.

[De Cuaderno de sombras, 2001]


Imagen: Eugen Wisovsky

viernes, 25 de junio de 2010

Las raíces del tiempo


Nocturno silencio. Huele a otoño y a nostalgia amarga. ¡Cuánto pesan los sueños solo sueños! Años y años condenado a creer que el brillo de la vida nos espera tras los altozanos del tiempo. Y cuando llega ese instante -¡tanto tiempo somos ya!, ¡tan desvalido es nuestro ser!-, solo añoramos -oh, dicha suprema- los cándidos días lejanos, aquellos en que nuestro deseo era pura luz.

Huye el tiempo y solo nos queda respirar la eternidad de cada instante, de este instante, sin duda, en que sobre mí gravita lo que nunca seré, pese a todos los sueños.

[Publicado en la revista Cuadernos del Matemático, 2001]

viernes, 18 de junio de 2010

Las nieves de antaño



De la infancia recuerdo
la eternidad del día,
la constancia del río
y la palabra íntegra
(álamo, yunque, trigo),
la magia tenebrosa
del cine, el esplendor
gozoso de la nieve
y una emoción sin nombre
que huele a paraíso.


[Publicado en la revista Cuadernos del Matemático, 2001]

viernes, 11 de junio de 2010

Volúbilis


El sol mordía la piel. El silencio
y las extrañas ruinas evocaban
misterios.
                      El corazón buscó
en la ciudad soñada el agua de los días.
Mas la melancolía, ciega y triste,
amordazó las ruinas y el silencio.

[De Cuaderno de sombras, 2001]